ETNOGRAFÍA EN LA CIUDAD: DESAFÍOS DE PROXIMIDAD EN CONTEXTOS DE VIOLENCIA

Resumen

Este trabajo tiene como objetivo realizar una trayectoria histórica de la formación del pensamiento criminológico brasileño, destacando cómo se constituyó dentro del sistema de relaciones étnico-raciales en el sentido de contribuir para la criminalización de la población negra, dando así legitimidad “científica” a una serie de estigmas que reproducen la condición de subordinación de esta población. Partiendo de un modelo metodológico descriptivo analítico, observamos que, en su origen, la criminología brasileña se basó, con la Escuela Positivista de Criminología, en la idea de diferenciar los grupos humanos en razas inferiores y superiores, atribuyéndole a los negros una propensión innata y biológicos a la violencia y la criminalidad. Este paradigma biologizante fue trasladado en la década de 1940 y décadas posteriores por la Escuela Culturalista en la que se observaba la propensión a la criminalidad de la población negra como una condición social e históricamente construida, manteniendo así, bajo otro paradigma, una postura discriminatoria. Por tanto, como saber que se autojustifica, por su utilidad y por la supuesta misión de mantener la “paz social”, la criminología ejerció la función de controlar y disciplinar el cuerpo social, eligiendo cuáles son las clases peligrosas y las razas peligrosas. Así, si en la actualidad muchas de estas teorías ya han sido criticadas y superadas dentro del análisis criminal, no es menos cierto que también jugaron un papel fundamental en la criminalización de la imagen de las personas negras.