ADOPCIÓN TARDÍA: DESAFÍOS, CONSECUENCIAS, PREJUICIOS Y ACEPTACIÓN EN EL PROCESO DE SELECCIÓN DE ADOPCIÓN EN BRASIL
Palabras clave:
Adopción tardía. Familia. Prejuicio. Aceptación.Resumen
La adopción se reconoce como un acto jurídico que otorga a alguien la condición de hijo de otras personas. Es un procedimiento legal que tiene como objetivo unir a dos o más personas, dando lugar a una relación comparable a las filiaciones biológicas (Ost, 2009). Desde el punto de vista psicológico, la adopción representa un gesto de afecto y cuidado, contribuyendo a la construcción de nuevos vínculos entre el adoptante y el niño adoptado, brindándoles la oportunidad de disfrutar de un entorno familiar (Leite; Sabatke; Saraiva, 2019).
Desde una perspectiva jurídica, el art. 39, §1º del Estatuto del Niño y del Adolescente (ECA), (Ley nº 12.010, de 3 de agosto de 2009), es una legislación que tiene por objetivo garantizar la convivencia del niño o adolescente con su familia biológica y estipula que: “la adopción es una medida excepcional e irrevocable, que debe solicitarse sólo cuando se hayan agotado todos los recursos para mantener al niño o adolescente en la familia natural o ampliada [...]”. Además, la adopción tardía, como destacan BERTOL et al. (2019), “juega un papel relevante en la sociedad, brindando un hogar a niños, niñas y adolescentes que no han experimentado el calor de una familia [...]”. Las familias adoptivas, incluidas las del mismo sexo, que también tienen derecho a adoptar, deben acoger a estos niños con los brazos abiertos, ofreciéndoles un entorno seguro y acogedor, integrándolos plenamente en la familia y en la sociedad en general.
Hasta el siglo XX la adopción no estaba ampliamente reconocida judicialmente y sus prácticas eran limitadas, favoreciendo predominantemente a los adoptantes en detrimento de los adoptados. La adopción estuvo rodeada de restricciones legales, siendo modificada solamente cuando el Código Civil (Ley nº 3.133, de 8 de mayo de 1957) estableció nuevas reglas y los jueces de menores pasaron a exigir el registro legal de la adopción sólo con autorización judicial. Este momento marcó la intervención del poder judicial en la adopción, con foco en el bienestar de los niños, dando como resultado la promulgación de nuevas leyes para garantizar sus derechos (KOZESINSKIL, 2016).
En este sentido, el Congreso Nacional promulgó la Ley nº 4.655, de 2 de junio de 1965, que abordó la legitimidad de la adopción, garantizando a los niños menores de cinco años en situación de riesgo la oportunidad de encontrar un nuevo hogar, brindándoles una nueva perspectiva jurídica (TEIXEIRA, 2013). El Estatuto del Niño y del Adolescente (ECA), establecido por la Ley N°. La ley 8.069, de 13 de julio de 1990, enfatizó la protección integral del niño y determinó que la familia, la sociedad y el Estado tienen el deber de garantizar una vida digna, incluyendo la educación, la salud, el ocio, la alimentación y otros factores esenciales para el adecuado desarrollo humano, además de promover la vida familiar y comunitaria, visando la construcción de vínculos saludables (Brasil, 1990).
Con los avances en la legislación sobre adopción, surgió la necesidad de desarrollar nuevas estrategias para promover la estabilización emocional de los niños, niñas y adolescentes en la familia. Uno de los cambios significativos fue en relación a la larga espera en la cola de adopción, en la cual los padres adoptivos sólo obtenían la custodia temporal del niño adoptado, generando angustia y frustración (CARDOSO, 2018). Según Moraes (2020, p. 19), “esta ley trajo cambios significativos al ECA, con medidas importantes para niños y adolescentes en acogimiento familiar [...]”.
Estos cambios incluyeron la implementación de programas de apadrinamiento, la reducción del tiempo de cuidado institucional, cambios en las reglas de la etapa de convivencia, acciones por la pérdida o suspensión de la patria potestad y cambios en los plazos para las acciones judiciales relacionadas con la remoción de la patria potestad, entre otros aspectos.
Con los avances en la legislación sobre adopción, ha surgido una nueva cultura de adopción que, como señalan Costa y Rossetti-Ferreira (2007), "implica una nueva concepción de familia, maternidad y paternidad, atribuyendo nuevos significados a la parentalidad. Esto presupone una familia que acepta la diferencia y la alteridad, que aborda proyectos de filiación alternativos [...]", resultando en cambios en las preferencias respecto a los perfiles de los hijos, promoviendo opciones sin prejuicios. Los grupos de apoyo a la adopción y el poder judicial jugaron papeles clave en estos cambios, a través de campañas e incentivos para la adopción tardía, resaltando la importancia de construir vínculos. Al fin y al cabo, como observan los adoptantes, ¿cómo se construye el vínculo entre padres e hijos en los casos de adopción tardía?
De acuerdo con las directrices del Manual de Adopción Paso a Paso (2008, p.11), elaborado por la Asociación de Jueces de Brasil, la adopción tardía se caracteriza por la adopción de niños mayores o adolescentes. Esto sugiere la idea cuestionable de que la adopción está orientada predominantemente a recién nacidos y bebés, mientras que los niños mayores son considerados fuera de la edad ideal para la adopción. En consecuencia, esta categoría enfrenta varios desafíos, ya que históricamente la adopción de niños mayores ha estado marcada por prejuicios, lo que puede generar preocupación en los padres adoptivos y posibles discrepancias en relación a las expectativas, debido a la conciencia y madurez ya desarrollada por los niños adoptados en relación a las relaciones (BERTI, 2019).
Con los avances legales, la adopción tardía está pasando por una Nueva Cultura, según Souza (2016, p. 8), que busca garantizar el derecho de los niños y adolescentes institucionalizados a la vida familiar y comunitaria, promoviendo la práctica de la adopción. Este cambio resalta la importancia de construir vínculos paternos en la adopción tardía brindándoles un hogar amoroso a estos niños. Ante la creciente demanda de niños institucionalizados en Brasil, surgió la necesidad de un movimiento a favor de esta causa, resultando en la creación de la Asociación Nacional de Grupos de Apoyo a la Adopción (ANGAAD) en 2012, asociación civil que defiende los derechos de los niños y adolescentes, buscando garantizar el derecho de estos niños a vivir en una familia, centrándose en sus necesidades (ANGAAD, 2012).
De esta forma, el Estatuto del Niño y del Adolescente (ECA) (Ley nº 13.509, de 22 de noviembre de 2017) actualizó algunas leyes y artículos, haciendo obligatoria la participación de los padres adoptivos en los programas de preparación para la adopción ofrecidos por el Tribunal de la Infancia y de la Juventud, con el apoyo de técnicos responsables y grupos de apoyo a la adopción (CAVALCANTE, 2017). Los autores Sampaio, Magalhães y Carneiro (2018, s.p.) afirman que la construcción del vínculo padre-hijo está influenciada por experiencias previas, tanto de padres como de hijos, en un proceso que requiere esfuerzo de ambas partes.
Teniendo en cuenta que el niño adoptado tiene más de dos años, la mayoría ya tiene la capacidad de expresar sus propios deseos y comprender el proceso de adopción. Respecto a la construcción de vínculos, estudios realizados por Bernardino y Ferreira (2013) sugieren que cuando un niño ha sido víctima de maltrato, abandono psicológico, negligencia o abuso sexual en su familia biológica, puede manifestar inicialmente reacciones agresivas hacia sus padres adoptivos debido al miedo a revivir esas experiencias. Por ello, los nuevos padres deben estar preparados y recibir apoyo psicológico para afrontar la fase de adaptación del niño al nuevo hogar. Una vez superada esta fase, se establece la armonía familiar y disminuyen los temores tanto de los padres como del hijo, permitiéndoles formar una familia.
Con los avances en la legislación sobre adopción, surgió la necesidad de desarrollar nuevas estrategias para promover la estabilización emocional de los niños, niñas y adolescentes en la familia. Una de estas estrategias es el patrocinio, una práctica solidaria de origen latino, según información disponible en el sitio web del Tribunal de Justicia de Pernambuco (TJPE). El apadrinamiento tiene como objetivo ofrecer apoyo a niños y adolescentes en instituciones de acogida, proporcionándoles vida comunitaria y asistencia material o profesional a quienes enfrentan dificultades para regresar a su familia de origen o ser adoptados (TJPE, s.f.). Con tres modalidades -afectiva, prestadora y profesional- el programa ofrece oportunidades a personas y empresas interesadas en participar. Para ser padrino/madrina es necesario ser mayor de 18 años y demostrar idoneidad moral, realizándose el trámite de registro en el Juzgado de Niños, Niñas y Adolescentes local.
Como destacan Esteves y Silva (2016, p. 21), al optar por la adopción tardía, los padres deben estar preparados y dispuestos a afrontar el proceso de ajuste, cambio y adaptación. Por ello, es fundamental que los padres centren sus esfuerzos en el proceso de adopción en establecer un vínculo emocional con el niño adoptado, garantizando que éste se sienta seguro y amado. En palabras de Lima, Nacul y Cardoso (2020, p. 5), la construcción de vínculos entre padres e hijos en el proceso de adopción tardía es singular, pues los padres reconocen que los hijos adoptados tardíamente pueden ser más desafiantes de educar, debido a su capacidad cognitiva para expresar sus verdaderas opiniones, las cuales pueden variar dependiendo del contexto en el que fueron insertados, difiriendo de las expectativas de los adoptantes.
Según QUEIROZ (2019, p. 27), cuando el deseo del niño de integrarse a la familia se mezcla con el intento de borrar sus orígenes, el proceso de adopción se vuelve más complejo y largo. Por ello, es fundamental permitir al niño acceder a sus orígenes para que pueda comprender su historia y la razón de estar en una nueva familia, lo que fortalece el proceso de construcción de vínculos a través del intercambio de confianza entre padres e hijos. Así, para que la construcción del vínculo emocional entre padres e hijos en la adopción tardía sea efectiva, los padres deben reconocer el pasado del niño adoptado.
El proceso de crianza representa una reconfiguración mental que se inicia con el deseo de los padres de tener un hijo (MACHADO; CARNEIRO; MAGALHÃES, 2015). En particular, la crianza adoptiva, especialmente en los casos de adopción tardía, es un proceso que se desarrolla en el tiempo, no requiriéndose de vínculos biológicos para la formación del vínculo parental, sino más bien de la aceptación y el cuidado de los padres (BIASUTTI, 2016).
Cuando los padres planean adoptar, necesitan prepararse para la transición a la paternidad, ajustando su vida material y emocionalmente para acoger al niño adoptado y construir así una nueva identidad como padres. Muchos padres adoptivos continúan participando en grupos de apoyo incluso después de finalizar el proceso de adopción, especialmente cuando se trata de adopciones tardías, buscando intercambiar experiencias con otros adoptantes (CECÍLIO; SCORSOLIN-COMIN 2016).
La decisión de adoptar un niño, especialmente uno mayor, trae consigo expectativas de formar una familia completa basada en el afecto y en el rol de padre o madre. Sin embargo, existe el temor de que las expectativas no se cumplan, lo que puede generar inseguridad, especialmente en adopciones tardías, dando como resultado que los niños mayores permanezcan en instituciones de acogida (BERNARDINO; FERREIRA, 2013). Los adoptantes a menudo esperan que el niño adoptado cumpla con sus expectativas y pueden desear que el niño reemplace a un hijo biológico o satisfaga aspiraciones personales no realizadas. Sin embargo, es importante entender que el niño no está obligado a cumplir estos deseos individuales de los padres (CAMARGO, 2005).
El proceso de adopción a menudo crea expectativas en los adoptantes, pero es crucial entender que los vínculos emocionales no se forman únicamente en base a estas expectativas. Es necesario comprender y atender las necesidades de los niños adoptados para establecer una adopción efectiva, lo que implica un amplio proceso de integración de la familia con el nuevo miembro (OTUKA; SCORSOLIN-COMIN; SANTOS, 2012). Además, la adopción tardía presenta desafíos, como la adaptación a la rutina familiar y a las experiencias previas del niño, pero también ofrece ventajas, como la capacidad del niño para comunicarse y expresar sentimientos, facilitando la construcción de un vínculo emocional (BICCA; GRZYBOWSKI, 2014).
Las parejas que optan por la adopción tardía generalmente ya tienen experiencia en la crianza de hijos y puede que no deseen empezar de nuevo con un bebé, por lo que buscan un hijo con mayor autonomía e independencia (EBRAHIM, 2001). En el contexto de la adopción tardía, es común enfrentar desafíos que pueden influir en la formación del vínculo entre padres e hijos, especialmente considerando que se trata de niños mayores de dos años en proceso de desarrollo. Para establecer este vínculo emocional es fundamental adoptar estrategias de afrontamiento ante situaciones desafiantes.
Como destaca Sampaio (2017), abordar el pasado de los niños adoptados y construir una nueva historia puede ser un camino complejo. Adoptar niños mayores implica lidiar con una serie de cargas emocionales que pueden interferir en la construcción de este vínculo, incluidas experiencias previas y la necesidad de comprensión por parte de los padres adoptivos. Las experiencias vividas antes de la adopción, especialmente en términos de vínculos familiares y separaciones, pueden tener un profundo impacto en el niño, por lo que es esencial comprender y superar estos desafíos (SOUSA, 2018). Varios factores pueden interferir en la construcción del vínculo, como las dificultades iniciales, la historia de vida del niño adoptado y cuestiones personales de los padres adoptivos (SAMPAIO, 2017).
La transición del niño a una nueva familia después de experiencias previas implica una importante adaptación emocional (RIBEIRO, 2020). Construir este vínculo emocional requiere tiempo y esfuerzo, considerando los posibles miedos e inseguridades del niño al adaptarse al nuevo entorno familiar (RIBEIRO, 2020). En el caso de adopción tardía, cuando los niños ya tienen identidad propia y autonomía, la dinámica familiar puede verse afectada de forma más intensa (ARAÚJO, 2020). Esto puede causar preocupación a los padres adoptivos, ya que el niño puede resistirse a las reglas impuestas por la nueva familia.
Para superar estos obstáculos son fundamentales estrategias como la preparación previa, el apoyo psicológico, la participación en grupos de apoyo y la redefinición de prejuicios (DIAS; SILVA; FONSECA, 2008). El apoyo profesional, incluida la orientación psicológica, es esencial para que los padres adoptivos comprendan
el proceso de adopción y desarrollar un vínculo emocional saludable con el niño adoptado (PEIXOTO et al., 2019).
Después de todo, el afecto, como el cuidado y el amor, sigue siendo esencial para que los adoptantes y las personas adoptadas se elijan entre sí, independientemente del color, la raza, la edad o la orientación sexual. Corroborando esta comprensión, la constitución de una familia no se da por el simple hecho de reunirse o vivir bajo el mismo techo, sino que, sobre todo, es esencial que exista en ese ambiente, respeto, comprensión, amor, compromiso y, de esta manera, hacer efectivo el fundamento constitucional, es decir, la dignidad de la persona humana.
1 PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
En Brasil, el proceso de adopción está rodeado de numerosos desafíos, tanto para los niños como para las familias adoptivas. Uno de los factores que más influye en este escenario es la edad de los niños, asociada muchas veces a mayores dificultades para encontrar hogares adoptivos, especialmente en los grupos de mayor edad. Esta cuestión tiene importantes implicaciones psicosociales, tanto para los niños, que se enfrentan a prejuicios y estigmas, como para las familias, que se enfrentan a barreras emocionales y culturales. Dado este contexto, el problema de investigación es el siguiente:
¿Cómo influye la edad de los niños en los desafíos enfrentados, las consecuencias psicosociales, los prejuicios y la aceptación en el proceso de selección para la adopción en Brasil?
1.1 HIPÓTESIS
La edad de los niños influye significativamente en los desafíos enfrentados en el proceso de selección de adopción en Brasil, ya que los niños mayores tienden a enfrentar mayores barreras, prejuicios y dificultades de aceptación en comparación con los niños más pequeños. En Pernambuco, esta tendencia se manifiesta con un impacto adicional en las consecuencias psicosociales para los niños, reflejándose en una menor tasa de adopciones en los grupos de mayor edad.
Esta hipótesis refleja la relación entre la edad de los niños y los factores psicosociales, los prejuicios y la aceptación en la adopción, alineándose con el contexto de Pernambuco. Ella sugiere que los niños mayores encuentran más dificultades, lo que ofrece una base para la investigación.
1.2 OBJETIVOS
A continuación se presentarán el objetivo general y los objetivos específicos para el desarrollo de esta tesis.
1.2.1 Objetivo general
Analizar cómo la edad de los niños influye en los desafíos enfrentados, las consecuencias psicosociales, los prejuicios y la aceptación en el proceso de selección de adopción en Brasil y más específicamente en Pernambuco.
1.2.2 Objetivos específicos
Identificar los desafíos específicos que enfrentan los niños de diferentes grupos de edad en el proceso de adopción tardía.
Investigar las consecuencias psicosociales de la adopción tardía en los niños y sus familias adoptivas.
Analizar los prejuicios y estigmas asociados a la adopción tardía en el contexto brasileño.
Evaluar la percepción y aceptación de niños en diferentes grupos de edad durante el proceso de selección para adopción en Brasil.
1.3 JUSTIFICACIÓN
Teniendo en cuenta lo anterior, esta investigación se justifica al abordar directamente las posibles soluciones y desafíos, dada la garantía del derecho a la convivencia familiar y comunitaria de los niños, niñas y adolescentes que aún esperan ser adoptados y no se encuentran en el grupo mayoritario destinado a la adopción.
1.4 DELIMITACIÓN
La cuestión de la adopción tardía está directamente relacionada con la responsabilidad social del Poder Judicial de Pernambuco. De esta forma, es posible entender cómo este organismo, a través de los Equipos Interprofesionales del TJPE, viene trabajando esta temática con quienes buscan la adopción en comparación a otros organismos brasileños.
1.5 Estructura de la disertación
Para tal fin, la tesis se dividió en cinco capítulos principales. El primer capítulo trata de la introducción consistente en delimitación del tema, justificación, objetivos generales y específicos e hipótesis.
El segundo capítulo, con diez apartados, presenta el marco teórico.
El tercer capítulo está dedicado a los procedimientos metodológicos. El cuarto capítulo presenta los resultados y discusiones, mientras que el quinto trata las consideraciones finales. Finalmente se presentan las referencias bibliográficas.
Descargas
Descargas
Publicado
Cómo citar
Licencia
Atribuição CC BY