USO IRRACIONAL DE BENZODIAZEPINAS EN PACIENTES CON DEPRESIÓN
DOI:
https://doi.org/10.51891/rease.v11i6.19905Palabras clave:
Benzodiacepinas. Depresión. Tratamiento Farmacológico.Resumen
As benzodiacepinas se utilizan en la práctica clínica desde la década de 1960, actuando mediante la potenciación de la actividad de los receptores GABA, lo que ralentiza la neurotransmisión y produce efectos sedantes y ansiolíticos. Aunque estos medicamentos se han convertido en algunos de los más prescritos a nivel mundial, su uso irracional ha generado preocupaciones importantes. Para abordar esta situación, se implementó la Ordenanza 344/98 con el objetivo de fomentar el uso racional de las benzodiacepinas y minimizar los riesgos asociados a su uso indebido (OLIVEIRA, 2015). El uso prolongado de benzodiacepinas puede causar dependencia, y los pacientes que suspenden el tratamiento pueden experimentar síntomas de abstinencia como ansiedad, irritabilidad y alteraciones del sueño. Dado el aumento de los trastornos de ansiedad y depresión, especialmente tras la pandemia de COVID-19, resulta fundamental adoptar un enfoque integral y promover el uso responsable de los medicamentos psicotrópicos (SILVA, 2024). La depresión ha sido objeto de numerosos estudios en los últimos años, particularmente después de la pandemia. Esta puede originarse por una combinación de factores genéticos, sociales, psicológicos y ambientales, causando diversas complicaciones para la salud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2017), la depresión incrementa el riesgo de trastornos por uso de sustancias, enfermedades cardiovasculares y diabetes, y constituye un factor de riesgo importante para el suicidio. El tratamiento varía según la gravedad, pero generalmente combina medicación con psicoterapia para obtener resultados más rápidos y efectivos (HALVERSON, 2024).
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